Las lesiones en la piel son incidentes comunes en la vida cotidiana, especialmente en el entorno del hogar. Por ejemplo, los accidentes en el hogar pueden provocar desde cortaduras leves hasta heridas más graves. ¡Y no todas las personas saben qué hacer en esos casos!
Saber cómo manejar estas situaciones adecuadamente es esencial para prevenir infecciones y promover una curación efectiva. En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de heridas, distinguiendo entre las leves y las graves. También verás los pasos para desinfectar y vendar estas lesiones de manera adecuada.
¿Qué tipos de cortaduras existen?
Antes de profundizar en el tratamiento, es importante comprender los distintos tipos de heridas. Las heridas abiertas son las más comunes en accidentes domésticos e incluyen cortes, raspaduras y laceraciones. Asimismo, una herida abierta puede variar en su gravedad. Pueden ser superficiales, que solo afectan la capa más externa de la piel, hasta heridas profundas que pueden dañar los tejidos internos, los músculos e incluso los huesos (MedlinePlus, 2023).
No obstante, a grandes rasgos, podríamos decir que:
Las cortaduras leves suelen ser superficiales y su sangrado generalmente se detiene en pocos minutos.
Por otro lado, una herida se considera grave si es profunda, tiene bordes irregulares, expone tejidos internos o si el sangrado no se detiene con presión directa después de aproximadamente 10 minutos. La presencia de objetos extraños incrustados o una lesión causada por un animal también categorizan una herida como grave (MedlinePlus, 2023).
La importancia de la limpieza y desinfección de las cortaduras
Independientemente de la gravedad, el primer paso es siempre limpiar la herida para evitar infecciones. Para las leves, sigue estos pasos (Mayo Clinic, 2022; Healthy Children, 2019):
Lávate las manos adecuadamente para prevenir infecciones.
Generalmente en cortes o rasguños leves, el sangrado se detiene solo. Si no ocurre, puedes detenerlo aplicando presión suave con una venda o paño limpios hasta que se detenga.
Limpia cuidadosamente la herida con agua corriente para reducir el riesgo de infección. Evita que entre jabón en la herida y utiliza pinzas estériles para remover cualquier suciedad visible.
Para heridas más graves, mientras controlas el sangrado con presión directa, es fundamental buscar atención médica profesional. Los especialistas en salud realizarán una limpieza y desinfección adecuadas de la herida, además de evaluar si se requieren suturas, vacunas contra el tétanos o antibióticos para prevenir infecciones y promover una adecuada cicatrización.
Aprende a vendar la herida
Finalmente, un buen vendaje es fundamental para proteger las cortaduras durante el proceso de curación. Para realizarlo adecuadamente, sigue estos pasos después de limpiar las heridas leves (Healthy Children, 2019; Mayo Clinic, 2022):
Seca la piel alrededor de la herida con toques suaves para evitar irritación.
Aplica una capa delgada de pomada antibiótica para mantener la humedad de la herida. Esto puede promover la curación y reducir el riesgo de infección. Si experimentas alguna erupción cutánea, suspende su uso.
Cubre la herida con un vendaje estéril o una gasa, asegurándote de cambiarlo diariamente o siempre que se moje o ensucie.
En el caso de heridas más graves que requieren atención médica, sigue las instrucciones del profesional de la salud sobre cómo cuidar el vendaje y cuándo es seguro retirarlo.
Entonces, el tratamiento adecuado de cortaduras es esencial para prevenir complicaciones y asegurar una curación óptima. Al distinguir entre lesiones leves y graves, puedes manejar efectivamente los accidentes en el hogar. Recuerda, ante heridas profundas, sangrado persistente o signos de infección, es vital buscar atención médica inmediata.
